La mente es así de poderosa y la cura es opción nuestra. Hay momentos en que soy conciente de ello y momentos en los que no. Pero eso no lo hace menos cierto: uno elige la vida que tiene.
En el momento en el que decidamos cambiar y sanar, es el momento en el que empieza la sanación.
El sentirnos miserables, solos e incomprendidos tiene su gracia y a muchos nos gusta esa sensación, pero es mucho mejor ser felices, estar rodeados de amor y que todos nos comprenden y nos aceptan.
Es tan simple como decidirse a hacerlo... pero es tan difícil decidirse.
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